La nueva identidad visual surge al combinar dos ideas: la forma emblemática de las cúpulas del museo -que se conservarán en la nueva etapa de remodelación- y Diplo, el esqueleto de diplodocus carnegii, mascota del museo. Esta combinación crea también la ilusión de vida, dando como resultado una forma armónica e icónica que representa al Fideicomiso de este recinto.